Sunday, August 1, 2010

Cause if it's over, then it's over & is driving me insane.

Me quedé casi toda la noche buscando muebles, pintura y demás cosas para los hoteles de mi mamá. Hace un par de años abrió un hotel en la Avenida Pardo, en Miraflores, al comienzo era pequeño y de 3 estrellas, pero tenía buenos ingresos, así que mi mamá decidió hacerlo crecer, al cabo de 1 año y medio le dieron las 5 estrellas. El hotel se hizo buena fama por el país, y unos empresarios de Cuzco le ofrecieron hacer un hotel 5 estrellas en una de las zonas más concurridas y turísticas de Cuzco, mi mamá aceptó, era un buen negocio. Luego de un año abrió uno en Iquitos. El negocio sigue siendo próspero, tenemos una vida cómoda, apesar de todo no nos damos lujos extravagantes, mi madre siempre fue una mujer sencilla, no es una pituca recatada.

En estos momentos de mi vida deseo que mi papá estuviese con nosotras, él murió cuando yo tenía 3 años, no tengo recuerdos de él, no tengo memorias de él, pero tengo fotos y videos, que hasta el día de hoy cuando las veo no puedo controlar las lágrimas, yo sé que mi mamá se da cuenta, pero nunca deja de preguntarme por qué no quiero ver esos videos, no me atrevo a decirle que aún me apena. Era mi padre, y lo perdí. Soy demasiado sensible, no soporto cosas que otros piensan que son insignificantes. Ahora soy feliz y mi papá no está aquí para verlo.
Me paré de la cama y sentí la suave alfombra con los dedos de mis pies, caminé hacia el espejo rectangular que está al lado de la ventana que deja ver la tranquila calle, mis ojos seguían celestes y sonreí. Miré el reloj de pared de Hello Kitty que hace un par de años me regaló Jenna en un cumpleaños, eran las 12 del mediodía. Prendí mi celular y bajé a servirme cereal con yougurt en la cocina, cuando terminé regresé a mi habitación, era demasiado rosada, necesitaba un cambio, pero en realidad no me gusta hacer cambios, la dejaré tal y como está. Prendí la televisión, hice zapping por 3 minutos y la apagué. Cogí mi celular y escribí un mensaje Te extraño <|3. Lo envié a Nico, no sé que me pasa, todo está pasando muy rápido, no soy de las personas que les pasa cosas buenas, que encuentran el amor así de fácil. Nunca voy a olvidar cuando mi mamá me dijo que la felicidad nunca viene en paquete completo, y cada vez que lo recuerdo, me asusta. No aguantaría perder a Nicolás, sé que algún día acabará, nada dura para siempre, pero me no me gustaría que de la nada nos dejemos de hablar, verlo con otra chica, creo que preferiría morir a ver eso. El otro día le conté a Gaby, es una de mis amigas más cercanas, está en mi salón y siempre le cuento mis cosas, me gusta su manera fría y calculadora de pensar, le conté como me sentía y de las sensaciones que pienso que tendré cuando todo muera entre Nicolás y yo. Ella me dijo que no me preocupe por eso, son felices ahora, no te mortifiques por eso aún. Disfruta tu momento. Fue lo que me dijo. Y me di cuenta que tiene razón.
Salí de mi trance al sonar mi celular. Yo más <|3... ¿Te busco más tarde?. Respondí de inmediato con una afirmación. Nico vendría a las 6 de la tarde, aún me quedan 5 horas y 30 minutos de impaciente soledad. No hay nadie en casa, mi mamá debe estar en el hotel y de seguro mi abuela en casa de alguna de mis tías.
Prendí mi computadora y esperé. Abrí el reproductor de música y puse a todo volumen canciones de Mariah Carey, crecí con esa música, cada vez que subía a la camioneta de mi mamá siempre ponía su casette Daydream, el segundo álbum de Mariah, a pesar de ser pequeña me sabía todas las canciones, al pie de la letra, y a pesar de los años aún las recuerdo.

Pasaron 3 horas que estuve escuchando música y decidí empezar a alistarme. Me bañé, escogí mi ropa, me puse casi lo de siempre, unos jeans, unas converse marrones, un polo de Bob Marley que mi mamá trajo de uno de sus viajes al extranjero. Sequé mi castaña cabellera, me ricé las pestañas, miré el reloj, pues eran las 5:45 min. Arreglé el desorden que causé y esperé. No podía dejar de mirar la ventana por si venía, y lo vi venir, bajé corriendo las escaleras, abrí como loca las puertas y ya estaba en la puerta de mi casa, me arrojé en sus brazos y lo besé como si no lo hubiera visto en años.

—Se nota que me extrañaste, no he podido dejar de pensar en ti amor.—Y me besó la frente.
—No sabes cuánto te he extrañado, supongo que no has bailado con extrañas ¿no?—Le pregunté mientras alzaba una ceja.
—Por supuesto que no, pero...
—¿Pero... qué?—No pude evitar no poner cara de molesta, pero aún así, le causó gracia.—¿Qué es tan gracioso?
—Estás celosa.—Soltó una carcajada de placer.—Es que me encontré a una chica que quería estar conmigo, yo siempre la traté como a una amiga, pero ella no a mi. No la saludé si quiera... Me escondí.—Me guiñó el ojo.—Sabía que si la saludaba querría bailar o conversar, así que preferí evitarla, además no tienes por qué ponerte celosa, yo te quiero a tí, te adoro, eres mía, eres bonita, ella no es como tú, no te cambiaría por nada.

Lo besé, nadie me había dicho ese tipo de cosas, ni siquiera Emmanuel que estuvo conmigo durante 2 años, Nicolás un casi desconocido, me lo dice.

Me senté en la grada de la escalera, me siguió. Me abrazó y nos quedamos en silencio. Hablamos durante 1 hora. Hasta que llegó mi mamá, raramente no estábamos abrazados. Se bajó de la camioneta y se dirigió a nosotros.

—Hola hijita.—Me dio un beso en la mejilla.
—Buenas noches señora.—La saludó Nico, y fue tan gracioso, estaba avergonzado, era la primera vez que conocía a mi mamá, la saludó con voz de timidez.
—Hola...—Le sonrió y subió los 4 escalones hacia la puerta principal, volteé la mirada hacia ella y me levantó el pulgar.

Mi mamá sabía que Nicolás me gustaba, notó mi cambio en los ojos, a parte, somos como amigas, le conté que siempre me veía con él, pero no que lo amaba con la intensidad de 10 mil soles.
Alrededor de las 11 de la noche dejamos de hablar para ver el reloj.

—Amor, me tengo que ir.—Amé aquellas 2 veces que me dijo Amor... si fuera Reed de los Cuatro Fantásticos, me hubiera derretido. Pero no lo soy, aunque me derretí por dentro.
—Está bien bubba, es tarde.—Besé su nariz, luego sus labios.
Sin dejar de rozar mis labios me dijo:—Quiero invitarte a salir, así que mañana vístete elegante por que vamos a cenar, ¿te parece?

Quedé desconcertada, primero me dice cosas que nadie me dijo, ahora hace cosas que nadie me propuso.

—Por supuesto, ¿a dónde iremos?—Le pregunté realmente interesada. A estas alturas, Nico me demuestra lo detallista que es, es perfecto.
—Sorpresa, sorpresa.—Me sacó la lengua, como un niño en el nido sólo para perturbar a su compañero.
—Bah... Está bien. Esperaré.
—Te recojo a las 7:30 pm, espérame lista, no me hagas esperar, ya hice reserva a las 8 en punto.
—Osea, que tú haces reservas sin consultarme.—Se lo dije en broma, adelanté mi pie izquierdo, puse una mano en la cintura y fruncí los labios.
Rió.—Dannie, Dannie, Dannie... ¿Que haría sin ti?—Me abrazó y bajó su cabeza para besar mi frente, es más alto que yo, me siento como una niña pequeña cuando me abraza.
Le sonreí y lo abracé fuerte.—Te adoro bubba.—Y me dirigí a la puerta.
—Espera.—Me dijo. Subió los escalones y besó mi nariz.—Hasta mañana.

No comments:

Post a Comment