Después del colegio hice lo que tenía qe hacer y me senté frente a la computadora para ver si encontraba a alguien del colegio para reirme un rato ( bah! esta biien! no mentiré! extraño a Nico, quiero hablar con él y quiero ver si está en línea... contentos? Buenoo... ), entro a mi messenger y Niico está en línea, me manda una cariita y yo sonrrio como toonta, me dice que me extraña, que ya quiere que sea mañana para verme, yo, con el corazón saltando le digo que yo también ( y no miento, lo extraño demasiiado.) , le conté mi estresante día y él me contó su relajado, perezoso y lento día, me despedí temprano porque tengo colegio mañana, entre corazones y cariitas felices nos decimos te quiero demasiado, engatuzada y sonrriente me pongo mi pijama e intento dormir, pero no puedo, porque Nico está rondando mi mente.
Viernes en la tarde.
Almuerzo, escogo la ropa que me pondré, me baño y me cambio tan rápido como puedo porque quiero ver a Nico, ya no aguanto ni un minuto más estar sin él, no verlo sonrreir para mí es simplemente aburrido y desesperante.
Helena llego a mi casa, esta abrumada, desesperada y todo lo que se relacione con el verbo gritar o saltar. Mientras ella se peina, yo termino de arreglar el desorden que causé debido a la desesperación, no sé porque estoy nerviosa si practicamente veo a Nico todos los días y cuando no nos vemos, hablamos por teléfono, tengo una sensación extraña, como si algo grande estuviera por venir.
Por fin salimos de mi casa, que podria decir se habia convertido en una carcel, me siento como esos delincuentes que salen despues de años para ver a sus esposas y a sus hijos, que no pueden contener la euforia y se lanzan a las calles en su búsqueda para que se dé el gran encuentro amoroso. Mientras mi mente recrea un posible saludo con Nico, Helena está hablando, pero en realidad no se de qué por un momento pensé que le hablaba a otra persona, pero es imposible porque estamos las dos solas, y es ahí donde descubro que me habla porque entre tanto balbuceo escucho su nombre Nico y todo vuelve a tener sentido, pues ella me pregunta sobre nosotros si somos enamorados, la última vez que lo vi, si me dijo te quiero, si le dije te quiero, si nos besamos, si nos abrazamos y, bueno respondo: No, antes de ayer, sí, sí, no y sí. Ahora que lo pienso, no nos hemos besado, tampoco estoy desesperada en hacerlo, si es que se da la oportunidad me gustaría que sea especial, que él dé la iniciativa. Ahora es más difícil concentrarme porque no puedo dejar de recordar los momentos que pasamos juntos.
Paramos en la avenida para entrar al minimarket porque Helena tenía que llamar a su papá mientras yo compraba chicles. Salimos de la tienda y cruzamos la pista, abrimos la reja y entramos al pequeño parque, ahí estaba él con sus jeans oscuros, polo negro, tenía ese chullo negro que me encanta porque sus largos cabellos ondulados se salen para brindarme ese olor tan particular que él tiene, pero en un segundo me siento mal, pues está con sus amigos y Fernanda, también está Angello, me quiero ir, no puedo estar en ese lugar con esas personas, no son mis amigos, me voy a idiotizar y de seguro Nico no va a estar todo el tiempo conmigo, lo que me resulta una pérdida de tiempo porque vine a verlo a él no a sentarme en la vereda y fumar como china en quiebra.
No comments:
Post a Comment